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ACCIONES MÁS IMPORTANTES DE NUESTRA FUNDACIÓN

PROGRAMA DE BECAS PARA NADADORES SIN RECURSOS

 

Nuestra Fundación actualmente financia aproximadamente a 50 familias que
quieren realizar la a actividad pero no cuentan con los medios necesarios.
Tanto en la provisión de indumentaria como en el beneficio de asistir
GRATUITAMENTE a clases y entrenamientos en diferentes espejos de agua

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40 ANIVERSARIO - CONMEMORACION DE LA GESTA DE MALVINAS

 

Transcripción de la nota previa para Diario La Nación por Juan Mascardi
 

El tributo de doce nadadores: cruzar el Río de La Plata en conmemoración de los 40 años de Malvinas


La travesía será este sábado, una vivencia muy especial para los protagonistas

 

Cuando Lilian Gemma Harrison, la nadadora argentina de 19 años, cruzó por primera vez el Río de la Plata, la orientación en el medio del agua era por la ubicación de las estrellas, para comunicarse se usaban palomas mensajeras y el estilo crol una rareza incipiente. A la joven la llamaron “la Reina del Plata” luego de haber estado 24 horas y 19 minutos para recorrer 48 kilómetros de distancia que separan la costa del Uruguay con Argentina. La revista El Gráfico la premió con 5000 pesos y al llegar la recibió el presidente de la Nación, Marcelo Torcuato de Alvear. Fue el 22 de diciembre de 1923 y Lilian demostró que el cruce del Río de la Plata a nado era posible.

Para que una mujer repitiera la hazaña tuvieron que pasar 91 años. El 9 de marzo del 2014, Noelia Petti logró cruzar a nado el río más ancho del mundo, en 12h4m. La nadadora que nació en 1974 en Lomas de Zamora recogió la herencia y actualmente asesora técnicamente a un grupo que realizará una travesía que combina los valores deportivos con la memoria histórica.

Si las condiciones climáticas lo permiten, este sábado se realizará la “Travesía Río de la Plata”, en la que 12 nadadores recorrerán 40 kilómetros en conmemoración del “40° aniversario de la gesta de Malvinas”. De este modo, nadando, brazada a brazada, los deportistas buscarán honrar la memoria de los caídos, a sus familias y a los veteranos que lucharon con honor por la soberanía argentina de las islas Malvinas.

La travesía comenzará dos millas antes del territorio uruguayo, aproximadamente a las 4 de la madrugada. En medio del agua, en territorio de aguas internacionales, los deportistas se desplazarán desde ese punto hacia Punta Lara, Ensenada, arribando a destino aproximadamente a las 19 horas del mismo día. La prueba se realiza un mes antes del Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas –que se conmemora el 2 de abril– para aprovechar al máximo las condiciones climáticas de marzo. Para el 5 de marzo la salida del sol está prevista a las 6.44 y la puesta a las 19.49, esto les garantiza una hora más de luz natural que en abril.

Los doce nadadores

¿Cómo estarán distribuidos? Dos equipos de una persona realizarán el cruce completo nadando cada uno los 40 kilómetros, y un equipo de cuatro y dos más de tres personas cada uno irán relevándose cada una hora de nado. Todos, con más de un año de entrenamiento exclusivo para el gran desafío, lo cual implicó constancia, esfuerzo y tiempo. También, el respeto de un riguroso plan que implicó el asesoramiento de nutricionistas, deportólogos, médicos y entrenadores para llegar con el estado ideal para realizar la prueba.

Para poder participar, los 12 nadadores realizaron una postulación y fueron evaluados con tres testeos a lo largo de seis meses. Sobre un tiempo de una, dos y tres horas de nado continuo debían sostener un máximo de 2 minutos promedio cada 100 metros. “El entrenamiento requerido para los deportistas que realizan la prueba en postas fue de 20 kilómetros semanales de nado. Para los que nadarán los 40 kilómetros completos, el entrenamiento semanal escaló al doble: 40 kilómetros. Se entrenaron en piletas, lagos, ríos y en el mar. También tuvieron una preparación física afuera del agua. Noelia Petti está a cargo del cuerpo técnico de entrenadores”, dice Gustavo García Gualtieri, coordinador general del grupo Aguas Abiertas, que estará acompañado por un destacado staff de colaboradores.

Cada nadador tiene sus propios nutricionistas. Algunas dietas son más proteicas, otras más calóricas, según las características de cada uno. También hubo una preparación para la hidratación y la alimentación dentro del agua. La recomendación es que la hidratación sea cada 20 minutos con una caña, en tanto, la alimentación que es en base de hidratos y arroz, será a medida de las necesidades de cada deportista.

Pilar Tellería, de 18 años, es la más joven del equipo. Para la deportista que se entrena en el CENARED (Centro Argentino de Excelencia Deportiva), el cruce representa cumplir un sueño que tiene desde los 15 años. “Gracias al trabajo que vengo realizando con mi entrenador de toda la vida, Pablo Olivera, y con Agustín Loiácono, hoy lo estoy pudiendo llevar a cabo. Siento que el día del cruce va a ser el resumen perfecto de todo el esfuerzo y la dedicación vividos en este proceso. Me emociona el apoyo recibido de mi familia, mis amigos, mis compañeros y profesores”, dice la joven que realizará la travesía completa, los 40 kilómetros de forma individual.

“Por mi edad no viví la guerra de Malvinas, pero realmente siento emoción, orgullo y admiración por los héroes y sus familias. Poder hacer el cruce en su homenaje me sensibiliza y le da un valor agregado a mi sueño”, agrega Tellería, quien define que la guerra de Malvinas “fue uno de los acontecimientos más tristes de nuestra historia, donde predominaron los intereses de unos pocos sin importar la vida de nuestros soldados”. Por su edad, también se hermana con los combatientes: “Me cuesta entender que chicos de mi edad, sin preparación ni armamentos, hayan sido obligados a ser parte de una guerra que, como todas, no tiene sentido”.

Acercar las costas

Silvina Crosa tiene 50 años, es médica especialista en traumatología, medicina laboral y legal y docente universitaria. Es nadadora desde la infancia, se entrena en el club ADEV e integra la agrupación Mojarras de Villaguay de Entre Ríos. Para ella, nadar en el Río de la Plata es el sueño de todo nadador argentino y uruguayo.

Sobre todo si se trata de acercar las costas. Si bien, como entrerriana, estamos acostumbrados a compartir la costa y el río Uruguay, el Río de la Plata va más allá de todo, por su historia, su naturaleza y su inmensidad. Ojalá este majestuoso río y la madre naturaleza nos dejen hacerlo, sólo cruzaremos si ellos lo permiten y nos acompañan”, agrega Crosa, quien realizará la travesía en relevos junto a otras dos mujeres.

Cuando fue el inicio del conflicto bélico Crosa tenía 10 años, estaba en sexto grado y recuerda la euforia de la gente. Ella sentía una inmensa angustia al ver las imágenes de los soldados partiendo a la guerra. También rememora las colectas en las escuelas, las imágenes de la rendición y el hundimiento del Belgrano.

“Mi ciudad está muy ligada al ejército, tiene una guarnición muy grande con dos regimientos, uno de ellos el Regimiento de Infantería Mecanizado 5 «General Félix de Olazábal» que en ese momento estaba en Paso de los Libres, luego se trasladó a Villaguay en los noventa y participó de manera directa en territorio malvinense. Nuestro cura párroco, el padre Luis Sesa, fue uno de los sacerdotes que estuvo en Malvinas”, agrega.

“Villaguay tiene muchos veteranos de Malvinas y sobrevivientes del general Belgrano. Los nadadores, todos los años para el 2 de abril nos juntamos a orillas del arroyo Villaguay y hacemos un minuto de silencio, entonamos el himno nacional y en silencio salimos a nadar en homenaje a ellos”, describe la nadadora entrerriana. Como médica, siendo residente en el hospital Clemente Álvarez de Rosario, en la década del noventa le tocó atender durante algún tiempo a dos veteranos de Malvinas con lesiones que fueron secuelas de la guerra y siempre se quedaba horas escuchándolos. Para Crosa, Malvinas es un recuerdo activo, siempre presente y algún día “no muy lejano” pretende a ir a nadar a las islas del Atlántico Sur. Es un sueño pendiente.

Volver a la infancia

Para Carlos Maquieira, nadador de 60 años, es el mayor desafío deportivo de su vida. Si bien comenzó a nadar cuando tenía 6 años de la mano de sus padres que lo llevaban a entrenamientos y competencias, como les ocurre a muchos niños que comienzan de tan chicos, a los 9 se cansó y abandonó la natación. Pasaron los años y un día mientras miraba a sus hijos en la clase de natación advirtió que podía aprovechar ese tiempo nadando él también. Así fue como a los 44 años regresó a entrenar motivado e incentivado porque su hermano mayor nadaba en aguas abiertas. “Luego de un año de entrenamiento comencé y no dejé de participar en competencias de aguas abiertas nunca más”, repasa Maquieira.

“En abril de 1982 yo tenía 20 años. Hacía un año y medio que había terminado el servicio militar. Aunque no fui convocado, el temor estuvo presente en mí familia. Por eso es muy sentido para mí, conmemorar mediante el merecido homenaje a los fallecidos, familiares y excombatientes, que llevarán para siempre las huellas de tan dolorosa experiencia, de ofrecer su vida con heroísmo para la recuperación de la soberanía argentina sobre las islas Malvinas. Para todos ellos, ofrezco el sacrificio puesto en esta pasión de nadar, con total compromiso, esfuerzo, trabajo y responsabilidad”, agrega.

Entre la preparación y el clima

En torno a la identificación de peligros y cuantificación de riesgos relativos en la zona de la travesía, Gustavo García Gualtieri, organizador del evento, destaca algunos de los lugares del trayecto. Las boyas de señalización de barcos o barcazas hundidas –entre ellos el Plutus, Apipe, Arenorte, Hillstone e Irene– la señalización del gasoducto Colonia-Punta Lara, la señalización del cruce marítimo del canal Mitre y el cruce del canal de la ruta de navegación de la Empresa Buquebus.

 

Los 12 nadadores están divididos en cinco equipos, cada uno estará acompañado por una embarcación. A los ya mencionados Maquieira, Crosa y Telleria se suman Diego Suarez, Soledad La Fico Guzzo, Gastón Pagniez, Claudia Vicchio, Gustavo Brombini, Augusto Arbini, Leandro Martín Hereñu, María Elisa Rayas y Martina María Mastrángelo.

Las embarcaciones motorizadas de apoyo estarán equipadas con equipos VHF para mantener enlace radioeléctrico con Prefectura y con salvavidas circulares. “El factor climático, el viento, las olas altas, la naturaleza, pueden ser algunas de las complicaciones, pero el río no representa un riesgo en sí mismo”, describe Gustavo García Gualtieri, quien remarca que la fecha y hora están sujetas a las condiciones climáticas. En caso de cualquier modificación se dará aviso a la Prefectura Naval Argentina.

Por Juan Mascardi

Ver nota online: https://bit.ly/Nota-La-Nacion

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A 40 AÑOS DE MALVINAS: 12 NADADORES Y UNA TRAVESÍA DE 40 KM EN EL RÍO DE LA PLATA EN HOMENAJE A LOS EX COMBATIENTES

Transcripción de la nota posterior para Diario La Nación por Juan Mascardi

Cuando los primeros nadadores llegaron a la costa de Punta Lara, Ensenada, comenzaron a sonar los acordes de la Marcha de las Malvinas. Fuera del agua estaban sus familiares y un grupo de ex combatientes. Había aplausos, banderas, abrazos y emoción. A las 16.30 del sábado 5 de marzo, la banda de la Escuela de Suboficiales del Ejército Sargento Cabral musicalizó la escena con la marcha que es también el himno de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. El grupo de veteranos de Malvinas recibió a los nadadores. Era el epílogo de la Travesía Río de la Plata, en la que 12 deportistas nadaron 40 kilómetros por el 40º aniversario de la gesta de Malvinas, que se cumplirá el 2 de abril. Un desafío que dejó de ser un sueño. Un sueño que ya era una realidad.

Atrás quedaron la ansiedad, la tensión y la adrenalina previas. Atrás quedaron las 15 horas de nado en promedio en el Río de la Plata, donde dos personas realizaron el cruce completo y otras fueron relevándose en equipo, cada una hora; cuatro nadadores en un grupo y otros seis distribuidos en dos conjuntos de tres. “Desde la organización canalizamos y amortiguamos todas las emociones de los nadadores, porque hubo muchas expectativas en juego”, dijo al llegar Gustavo García Gualtieri, el coordinador general del grupo Aguas Abiertas.

“Había muchos sueños que estaban por concretarse. Además, en las horas previas se sumaron todas las gestiones administrativas y operativas que se acrecientan en el contexto de la pandemia que aún vivimos”, agregó García Gualtieri, que remarcó que para llevar a cabo un acontecimiento de esta envergadura se requirió “muchísimo esfuerzo, concentración y no dejar nada librado al azar”. Valió la pena: “Los nadadores vivieron siempre esta travesía con alegría”, destacó el organizador.

Claudia Vicchio se entrena en el country club de Banfield y nadó en equipo con Soledad La Fico Guzzo, Marilyn Rayas y Silvina Crosa. Describió al río como “mágico y poderoso”, y sintió que nadar fue como un privilegio. “El movimiento continuo y la energía del río son inigualables. Hubo momentos en que tomé dimensión del lugar en el que estaba: en el corazón del río, sintiendo sus olas. Y en otros instantes pensaba sólo en dar una brazada más”, narró Vicchio.

Las dificultades del cruce

Los nadadores salieron al alba, en aguas internacionales, cuando aún se podía divisar las estrellas en el firmamento. No hubo tormentas eléctricas, ventarrones ni ráfagas, como sí estaban pronosticados. Apenas algunas gotas al llegar y el cielo nublado. “La mitad del cruce es el momento más difícil, porque se empieza a sentir el cansancio. Los nadadores, en ese momento, tienen como una batalla mental y aparecen los interrogantes: ¿continuar o no continuar?, ¿hay que seguir soportando?, ¿vale la pena este desafío? Allí aparecen los fantasmas y las situaciones más complejas tanto en lo físico como en lo mental”, advirtió García Gualtieri.

Para el cuarteto conformado por Vicchio, La Fico Guzzo, Rayas y Crosa, uno de los tramos complejos fue el de la primera hora y media de nado, justo antes del amanecer, cuando apenas veían las estrellas, las linternas de los kayakistas y la luz de la embarcación de apoyo. Pero en ese segmento inicial el río estuvo calmo, no había viento. Tener experiencia en el nado nocturno las ayudó en la orientación inicial.

Lo que en aguas internacionales era un río apacible, con la salida del sol fue cambiando. Sobre el mediodía se nubló el cielo y aparecieron las olas. Y esas condiciones se mantuvieron, dificultando el nado hasta el final. “Superaron los inconvenientes ampliamente, tomando decisiones con libertad y alegría”, celebró García Gualtieri.

“El viento tuvo oscilante, de entre 6 y 14 nudos, según la parte del río. Fue lo que más repercutió, ya que no hay costas cercanas”, añadió el coordinador de Aguas Abiertas. Cuando cruzaron los canales de navegación del Mitre y la empresa Buquebus, “más se movió el río”, relató García Gualtieri, como si el de la Plata tuviera vida propia.

“Cuando se nada en el río más ancho del mundo, uno ve agua por todos lados. Las costas están siempre a 20 kilómetros. De un lado, el río marrón, y del otro, el mar abierto. En un trayecto extenso se ve solamente agua. Los seguros de vida fueron las embarcaciones, los guardavidas. Los mástiles más altos de los veleros, que enarbolaron la bandera argentina, siempre flameando. El norte del nadador estuvo ahí”, comparó con emoción el organizador de la travesía.

El equipo integrado por Augusto Albini, Gustavo Brombini y Carlos Maquieira necesitó 12 horas y media para cubrir la distancia. Nadar en el Río de la Plata “es una sensación inigualable de contacto con la naturaleza”, coincidieron los tres. Y subrayaron que los cambios en los oleajes y el viento obligaron al grupo a modificar constantemente la técnica.

“Durante el tiempo de nado uno está pensando en mantener la técnica para evitar una caída en la eficiencia, que conllevaría un desgaste mayor. Hay que estar muy pendiente de las indicaciones del entrenador, que permanentemente está observando y asistiendo en todo, desde la hidratación hasta lo físico y lo anímico”, expresó Albini.

Martina Mastrángelo, Diego Suárez y Leandro Hereñú son oriundos de Luján, denominan “Paranacitos” a su grupo y realizaron en conjunto el entrenamiento. Al arribar, sintieron que todo el trayecto había sido complejo. Cruzar el Río de la Plata fue diferente a todo lo que habían transitado hasta el momento: otros ríos, lagunas, mar, aguas heladas. “Tuvimos que nadar con olas de hasta casi dos metros en algunos momentos, que venían de costado, de frente, de cualquier lado. Teníamos que acomodar el cuerpo continuamente”, manifestaron entre los tres.

“La única manera de llegar a la orilla es seguir las señales que vienen de afuera, de quienes asistimos permanentemente. Todo lo demás fue agua, agua y agua”, graficó García Gualtieri.

Casi en el desenlace de actividad, el equipo compuesto por Vicchio, La Fico Guzzo, Rayas y Crosa advirtió que llevaba más de media hora en el mismo lugar, sin avanzar. Un cambio en la corriente las arrastraba hacia Quilmes. Aún les restaban cinco kilómetros hasta la meta, con una hora de luz natural por delante. Y entendieron que era momento de dar por concluida la travesía. “Contra la naturaleza no se puede”, sostuvieron.

El homenaje por la gesta de Malvinas


Al llegar a la costa, Gustavo Brombini, del club Muñiz, sintió un abrazo de alguien a quien no conocía. El hombre le dijo: “Gracias por lo que hacen por nosotros”.

Sólo entonces Gustavo advirtió que se trataba de un veterano de Malvinas. “Creo que como sociedad estamos olvidando a nuestros héroes. Hay que mantener viva la memoria”, enfatizó Brombini, que cree haber estado entre 13 y 14 horas nadando: perdió la noción del tiempo al salir del agua.

Luego de la Marcha de Malvinas, la banda de la Escuela Sargento Cabral tocó el himno nacional argentino. Los primeros nadadores alentaron a quienes aún estaban saliendo del agua entre los matorrales, los aplausos y los abrazos.

En la llegada, los ex combatientes presentes aportan rostros, emoción y nombres a la evocación malvinense: son Ramón Quarenta, Arturo Pedeuboy y Enrique Álvarez, del centro de veteranos de guerra de Luján. “Fue uno de los mejores homenajes que nos hicieron. Profundamente agradecidos”, manifestó Álvarez. Los deportistas, entonces, terminaron de dimensionar el valor de lo que acababan de hacer. Mucho más que 40 kilómetros de nado en el Río de la Plata.

Por Juan Mascardi.

Ver nota online: https://bit.ly/Nota-La-Nacion-Posterior

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DONACIÓN DE INDUMENTARIA

 

El 23 de Septiembre del 2023 celebramos en la Mutual Eslovena Triglav,
ubicada en la calle Porcel de Peralta 1458, localidad de Villa Real, CABA. La
entrega de indumentaria para natación, como trajes de baño, antiparras y
gorras; a los adolescentes pertenecientes al Programa Adolescencia y Familia
del Gobierno de la Ciudad de Bs As.


La mayoría de ellos residentes en el Barrio Fuerte Apache, ubicado en
Ciudadela. Estos si bien, a través de dicho programa podían asistir a la pileta
del club de manera gratuita, no contaban con los medios necesarios para
hacerse de la indumentaria adecuada para aprender a nadar.
Es por eso que tomamos la iniciativa de realizar una campaña de recolección
de donaciones durante un mes para poder proveerlos de tales elementos
siendo entregados en dicho espacio, en el cual también funciona una de las
sedes de nuestra Fundación.


La consigna fue muy simple y clara, nuestra escuela de natación cuenta con
aproximadamente 100 alumnos repartidos en 5 sedes, si cada uno dona un
traje de baño, una antipara y/o una gorra que ya no utilice, fácilmente
podríamos colaborar con 100 adolescentes que realmente lo estaban
necesitando y así fue.


Fue una jornada muy linda ya que compartimos la pileta no solo para nadar
sino también para intercambiar experiencias y entregar la indumentaria. Todos
lo pasamos muy bien y nos fuimos muy contentos, mucho más nosotros, ya
que fue para nosotros en este caso mucho más gratificante, dar que recibir...

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